jueves, 19 de julio de 2018

LA EDAD DE LA IRA - FERNANDO J LOPEZ

¡¡Buenas tardes de jueves mis querid@s dreamers!!

¿Cómo llevamos el final de la semana? Imagino que alguna@s estaréis disfrutando de vuestras merecidas vacaciones 🎉. Mientras otr@s de momento, nos tendremos que conformar con mirar 😩. Pero qué conste en acta, que todo llega. Y ya rozamos con las yemas de los dedos esos maravillosos días, donde vamos a disfrutar de nuestro merecido descanso 😊.

Pero bueno, no os entretengo más con mis divagaciones veraniegas. Y me meto ya en faena con la reseña de hoy 🙌🏻📚❤️.

Como sabéis, del 28 de junio al 8 julio se ha celebrado en Madrid la MADO ‘18 ( o Madrid orgullo). Una fiesta que celebra la diversidad y el orgullo del LGTBI 🏳️‍🌈. Todos los medios (en general), hablaron sobre ello durante toda la semana (sobre todo en las redes sociales). Y por supuesto a esta celebración, tampoco se nos podía escapar nuestra amada literatura, más concretamente la literatura LGTBI 📚🏳️‍🌈.

Así que para seguir con la celebración, me tome la libertad (como auténtica “lectoradicta universal”,), de recomendar por redes: “No me cuentes cómo termina la historia” de Carlos Carranza. Un jovencísimo escritor aragonés, con el cual he leído mi primera novela de esta temática.

Y a esto que me contesta mi queridísima Inma de la Biblioteca Cubit para darme una recomendación totalmente personal: “La edad de la Ira” de Fernando J. Lopez.

(Os recomiendo que sigáis por redes a @BJCubit. Ahora están metidas de lleno en #YAhoraQueLeo. Recomendaciones para este verano muy personales de gente que aman los libros y viven rodeadas de ellos.)

¡Así que dicho (o más bien escrito), y hecho! Os traído hoy la reseña de esta estupenda novela. Que para no mentiros, me ha costado Dios y ayuda redactar.


LA EDAD DE LA IRA 




Lo primero que me gustaría decir de este libro (y que por Twitter también le dije a su autor), es que ha tenido que ser DURO y más que DIFÍCIL escribirlo. No solo por la calidad a la hora de presentarnos a los personajes, ni de mostrarnos los temas que hasta ahora nuestra sociedad no ha conseguido erradicar, y con ello me refiero a: bulling, racismo, u homofobia. Sino a qué esté libro es una crítica contra el sistema de educación (del cual se nota que sabe, y mucho), y contra todo aquello que no conseguiremos afianzar, si cada un@ no ponemos de nuestra parte.

Pero quizás me estoy adelantando. Antes de nada, os muestro la sinopsis:


“El titular 

Marcos, un adolescente de clase media, asesina a su padre y deja malherido a uno de sus cuatro hermanos.

Las primeras reacciones 

Amigos, familiares, profesores de Marcos: nadie se explica lo sucedido. 
Nadie pudo preverlo. Las imágenes del crimen acaparan los medios. 
La violencia adolescente se adueña, de nuevo, de la actualidad.

La investigación 

El crimen de Marcos no es un suceso aislado. Demasiados casos en los últimos años de menores envueltos en situaciones de extrema violencia. Bullying. Acoso cibernético. Ataques racistas. Trapicheos con drogas. Vídeos en YouTube con humillaciones a profesores. Docentes deprimidos. Fracaso escolar... ¿La culpa es de los adolescentes? ¿De sus profesores? ¿De sus padres? ¿Hay en verdad culpables o somos todos víctimas?

Un periodista, impulsado por estos interrogantes, decide adentrarse en el entorno del asesino. ¿Qué sucedió el día del crimen? ¿Cómo fue la semana anterior a los hechos?

En el instituto en el que Marcos cursa el Bachillerato, entre apuntes, pizarras y claustros, El reportero buscará la verdad, recopilando los testimonios de quienes formaron parte del mundo de Marcos durante aquellos días. Un mundo en el que sólo parece regir una única ley y una única edad: la edad de la ira.”

Como os he dicho (y no suelo engañaros), la historia promete.

Marcos, es un adolescente de 16 años. Es uno de los chicos más populares de su instituto. Tiene a sus amigos, un club de fans, unas aficiones cinefilas muy peculiares y una vida más o menos normal. O al menos eso es lo que parece. Hasta el domingo 20 de septiembre. Cuando “supuestamente” mata a su padre con una máquina de escribir, y deja malherido a uno de sus tres hermanos clavándole unas tijeras en el pecho. 

¿Qué puede ocurrir en la vida de este chico aparentemente normal para que cometa este crimen tan atroz?

Eso es lo que se pregunta sin cesar Santiago, un periodista que decide investigar el caso de Marcos y escribir un libro basado en la historia del asesinato. 

Además Santiago se siente identificado con Marcos. Ya que ambos fueron al mismo instituto, IES Rubén Darío, y tuvieron una adolescencia marcada por unos brillantes hermanos estudiantes. 

Una vez allí, le dejaran entrevistar a cinco profesores y cinco alumnos como testigos de lo que le ocurrió a Marcos esa semana fatídica. Lo que no sabe el propio Santiago es que para descubrir la verdad, se va a encontrar con un camino lleno de desaciertos que nunca se podrán arreglar. 

La edad de la ira” es un libro tan real como la vida misma. Basado en un sistema educativo, que tiene demasiados agujeros que todavía no conseguimos coser. Fernando López ha conseguido que nos adentremos muy bien en la historia, al mezclarlo con el suspense y la intriga de conocer lo que realmente ocurrió en casa de Marcos.
El libro me ha parecido que estaba realmente bien narrado. Está dividido en varios capítulos, escritos en primera persona por Santiago y también por otros personajes (cómo Sonia, Gema o Álvaro) en forma de e-mails o relatos. Muy actual, ya que introduce el tema de las redes sociales que tanto y tanto necesitamos hoy en día tod@s para sobrevivir. Las deducciones de Santiago a lo largo del libro nos hacen meternos de lleno en lo que pudo haber ocurrido, y en proyectar  la historia sin que nos la cuente el protagonista, Marcos. El cual, solo podemos conocerlo a través de sus palabras en el primer capítulo. 

Los personajes y sus personalidades, tanto de protagonistas como de secundarios me han encantado. Dando lugar a un nutrido grupo de personajes empáticos, y sobre todo muy llamativos, cada un@ con su carácter y su personalidad.

El ritmo me ha resultado algo lento, pero se solventa con que el libro no tiene demasiadas páginas (o al menos para mí 316 no me parecen demasiadas páginas). Aparte por supuesto, de que estas deseando descubrir que ocurrió realmente y sigues en tu empeño de “lectoadicta” sin cesar. 

Pero lo que realmente más he apreciado (y lo digo sinceramente). Es que Fernando Lopez no se corta y habla sin tapujos de los diversos problemas que atañen a la sociedad actual (a nuestros jóvenes especialmente): como la discriminación racial, el rechazo a la homosexualidad, la pornografía infantil, el acoso escolar, y la manipulación de los medios de comunicación.

En resumen, y con esto finalizó. “La edad de la ira” es un libro intenso, realista y que te hace pensar y reflexionar desde un primer momento. Está narrado con sencillez y muy buen gusto, un contundente drama (triste, al fin y al cabo) que no deja indiferente.


MÁS SOBRE EL AUTOR: FERNANDO J. LÓPEZ (vía fernandojlopez.es)



Nando López (1977) es novelista, dramaturgo y Doctor Cum Laude en Filología Hispánica. Ha sido profesor de Secundaria y Bachillerato en la enseñanza pública, aunque actualmente está en excedencia y se dedica únicamente a la escritura narrativa y teatral.

Finalista al Premio Nadal 2010 con La edad de la ira (Booket Planeta), en su trayectoria narrativa destacan títulos como Cuando todo era fácil (Tres Hermanas Ediciones), El sonido de los cuerpos (Editorial Dos Bigotes), Las vidas que inventamos (Espasa) o La inmortalidad del cangrejo (Baile del sol). Además, ha participado en antologías de relatos como Lo que no se dice o El cielo en movimiento, y es autor de títulos juveniles con gran éxito entre los lectores adolescentes, como El reino de las Tres Lunas o la novela transmedia Los nombres del fuego, ambas editadas por Loqueleo (Santillana). Para este sello coordina, además, la colección Clásicos en el tiempo, destinada a fomentar la lectura de los grandes títulos de nuestra Literatura entre los más jóvenes.

Como dramaturgo, ha estrenado obras como #malditos16 (coproducción del Centro Dramático Nacional representada en el Teatro María Guerrero), Los amores diversosCuando fuimos dos, De mutuo desacuerdo (estrenada simultáneamente en España, Panamá y Venezuela), o La edad de la ira, basada libremente en su propia novela. También es autor de versiones como Desengaños amorosos (XLI Festival Internacional de Teatro de Almagro) o Las harpías en Madrid, (XXXIX Festival Internacional de Teatro de Almagro) y de adaptaciones como la de Yerma (2015), de Lorca (galardonada con el Premio Helen Hayes 2015 al Mejor Espectáculo Teatral) o la de Don Juan Tenorio (2017), de José Zorrilla, ambas estrenadas en el Gala Theatre de Washington.
«De las últimas generaciones de dramaturgos, Nando López es una de sus voces más sobresalientes» (ABC Cultural)


Y con esto finalizo la reseña de hoy dreamers. Desearos que paséis un estupendo fin de semana, y para los que estéis de vacaciones disfrutad todo lo que podáis. El tiempo pasa volando.


Lo que no me gustaría que olvidarais nunca, es que nos seguimos leyendo.

martes, 10 de julio de 2018

MARTES PERSONAL

¡¡Buenas tardes  mis querid@s dreamers!


¡Perdón por el retraso 🙏🏻😰! Pero aquí estoy de nuevo! Con fuerza “mediosobrehumana” 😅😂. ¿Cómo va  vuestra semana? ¿Habéis conseguido muchos de vuestros objetivos? Espero que haya sido así, y estéis disfrutando de vuestra merecida recompensa.

Yo e ido estas semanas bastante liada. Entre el nuevo trabajo, los días en la piscina, los peques, la casa, y conseguir no dormirme en el camino ya he tenido bastante 😂😅.

Pero bueno... Dejémonos de “llorar” por nuestra falta de tiempo y me centro en las próximas entradas que voy a ir subiendo. Entre las que os hablaré:

- De la última reunión de “Clubit”.
- Mi lectura actual: “La edad de la ira” de Fernando J. Lopez (que es una recomendación de mi queridísima Inma de Biblioteca Cubit)
- Y  me quedan pendientes varias “mini-reseñas” de literatura infantil.

Aunque la entrada de hoy va a ser completamente diferente, ya que me apetece que sea más personal. Así que se titula: "MARTES PERSONAL". Y si habéis leído alguna de mis entradas anteriores, sabréis que voy a subir un escrito mío.

Se trata del segundo capítulo del libro "Las llaves del Destino" (que tengo registrados y los derechos de autoría). Espero que sí disfrutasteis el anterior, también lo hagáis con este. Le estoy cogiendo cariño a poder compartir mis escritos con vosotr@s.




Espero que disfrutéis del resto del día dreamers. ¡Y recordad! Nos seguimos leyendo.

La Profecía 


"Nunca hay viento favorable para el que no sabe hacia dónde va"
Séneca

                            
Florencia, 1591



La enigmática catedral de Florencia se erguía sobre una plaza totalmente desierta. La oscuridad consumía todo a su alrededor dadas las altas horas de la madrugada. Los motivos de la hermosa catedral eran de unos vividos colores, verdes, rosas y blancos, aunque en la profundidad de esa noche apenas podían distinguirse la multitud de dibujos y siluetas que en ella se formaban. 

En la gran puerta custodiada por las figuras de varios santos, tres formas altas ataviadas con túnicas rojas y grises formaban un pequeño triángulo. Con las cabezas agachadas bajo sus capuchas, apenas se movían, parecían camuflarse en la penumbra, esperando.

  • Está tardando demasiado... - dijo con impaciencia uno de ellos con su rostro oculto por las sombras.
  • ¿Podrías tener un poco de paciencia Sebastián? El heraldo viene desde Roma, no puede correr durante tantos kilómetros sin detenerse. Solo es un fabbro blandengue que depende de su caballo. - No podía verle la cara pero en su tono se distinguió una sonrisa.
  • ¡Muy gracioso Petrone! - contestó -. Sabes lo impaciente que soy, necesito saber la urgencia de este mensaje lineo. Esta situación es para volverse loco... ¿Es qué acaso a ti no te mata la curiosidad? -
  • ¿Sinceramente? - preguntó con retórica -. La eternidad es una buena manera de tomarte las cosas con algo de paciencia amigo mío. Y no, aunque quisiera no podría picarme nada. -
  • A veces me olvido de lo bien que te tomas estas cosas viejales... -

El aludido miró de reojo a la otra silenciosa silueta que tenía a su lado.

  • ¿Qué te ocurre Pietro? Llevas sin hablar un buen rato - dijo volviéndose hacia la figura inmóvil que tenía a su izquierda -. ¿Va todo bien? -
  • Disfruto viéndoos hablar, si es que se puede llamar así  - respondió sin ganas y sin levantar la vista del suelo -. Es realmente muy entretenido. - 
  • ¡No me vengas con estas! Siempre hacemos lo mismo - exclamó indignado Sebastián -. A mí no me engañas, a ti te preocupa algo - dijo apartándole la capucha y mirándole directamente a la cara.

Lo observo como si se estuviera viendo en un espejo. Así era como se sentía cada vez que miraba a su hermano gemelo, ya que sus facciones eran completamente iguales. Su pelo más bien largo ondulado y oscuro, sus pequeños ojos verdosos, su nariz medianamente grande y su boca con gruesos labios eran un calco de los suyos. 
  • ¿Es por Angelo, verdad? - pregunto Petrone con preocupación.

Pietro tardó en contestar, con el gesto contenido, como si no pudiera decir en voz alta lo que le atormentaba la mente.

  • ¡No lo sé, no podría decirlo! Llevo presintiendo "algo". - Hubo un tartamudeo en su voz - Y..., y ese "algo" no me gusta. - 
  • ¿Y por qué no me has dicho nada? - medio grito Sebastián agarrándolo por los hombros -. ¡Eso es importante! -
  • Porque no quería preocuparos, puede que sea por los nervios, todos andamos un poquito tensos estos di... -

No le dio tiempo a terminar la frase con la que llevaba intentando engañarse durante todo el día. El golpeteo de los cascos de un caballo contra los adoquines de la plaza llego desde lejos. 

El equino de color gris se dirigía a toda velocidad hacia la gran puerta de la catedral, parecía una estela plateada flanqueando la plaza. 

La figura que lo montaba vestía una túnica del mismo color que las suyas. Se detuvo justo delante de ellos y bajó con un grácil salto. 

Se retiro la capucha dejando ver a un hombre de mediana edad, la cabellera era oscura pero se advertían algunos trazos de canas grises, los luminosos ojos dejaron su luz convirtiéndose en negro azabache. Después se enfocaron en ellos, mirándolos fijamente.

Los tres lo encararon mientras comenzaba a hablar.

  • Mi nombre es Ecio Ticasseni, soy el heraldo de la Orden. ¿Sois Sebastián y Pietro Meneghetti? - preguntó en tono seco.
  • Sí, somos nosotros - respondió Sebastián de la misma manera, sacando de la manga de su túnica un sello con la forma de un gallo rojo representativo de la Orden.
  • ¿Y quién es él? - dijo alzando la barbilla hacia Petrone -. No se me permite hablar delante de "personas non-gratas" - recalcó la palabra "personas" mientras lo miraba por encima del hombro.
  • ¿Non-gratas? ¡Vaya! Me habían llamado de todo, ¿pero non-grata? ¿Qué significa eso? Yo me creía bastante atracti... -
  • Creo que es porque se ha dado cuenta de que eres un vampiro... - murmuro Sebastián con la mano derecha pegada en la boca.

Petrone se quitó la capucha, dejando ver su pelo castaño que parecía dorado incluso en la oscuridad. Tenía un atractivo rostro, sus rasgos podían semejarse a cualquier escultura que se hubiera tallado en una piedra. Aunque lo que más inquietaba de él eran sus ojos de color almíbar, que destacaban sobre la piel tan blanca y fría como la nieve. 

Sonrió teatralmente cuando el hombre se estremeció al ver las puntas de sus colmillos.

  • Significa que mi padre está en una misión muy importante para la Orden, como ya sabrá... - Intervino Pietro enfadado -. Y Petrone es parte de nuestra familia, ha ayudado a los fabbro en más de alguna ocasión. Así que todo lo que se escuche ahora quedará aquí. Al igual que él,  ¿capichi heraldo? - finalizó molesto.

Ecio Ticasseni asintió, no pareció querer discutirlo. La expresión de su cara denotaba que la Orden le hubiera avisado de que podía enfrentarse a una situación así cuando se encontrara con los gemelos.

  • Debéis venir conmigo, reclaman vuestra presencia y la de vuestra madre en Roma. -

Los tres le miraron incrédulos. 

Ellos esperaban una noticia urgente, algo que les diera la esperanza de que todo marchaba correctamente en referencia a Angelo. Y sin embargo por alguna razón estaban reclamándolos en Roma ante la Orden. 

Sin duda alguna, algo iba mal.

  • ¿Qué es lo que nos estás escondiendo heraldo? - le contestó bruscamente de nuevo el muchacho enfadado. Sus ojos comenzando a iluminarse tenuemente -. No vamos a ir a Roma hasta que no nos digas lo que está ocurriendo. -

Ecio que hasta ese momento se había mantenido inexpresivo cumpliendo su cometido, cambio la cara hasta convertirla en una triste mueca.

  • Anoche hubo otra profecía... - dijo dejando las palabras en el aire -. El desmon mayor Filipo Meneghetti ha desaparecido.-

Se quedaron totalmente paralizados, como si los hubieran clavado en aquella gran puerta. Después de todo lo que estaba ocurriendo en su Mundo, aquella era la última señal que indicaba la inminente catástrofe.

  • ¡¿Y qué es lo que ha dicho?! ¡¿Dónde demonios está Filipo?! - preguntó con urgencia Sebastián a voz en grito.

La expresión del heraldo no consiguió mantenerse serena, parecía querer tirar esa aparente paciencia a la mierda para poder desenmascararse. 

Bajo la mirada a los adoquines grises de la plaza. Tenía los puños fuertemente cerrados, agarraban tan fuerte las sogas del caballo que se le marcaban los nudillos de color blanco.

  • "Tres serán los buscadores de la llave. Su sangre contiene un secreto marcado por una estrella, y junto a ellos dos fabbros señalados por la desdicha del destino de la sangre que corre por sus venas. Solos o acompañados son y serán los encargados de enfrentarse al horror, la oscuridad y la muerte"- Hizo una pausa respirando nervioso -. De Filipo no se sabe absolutamente nada. Lo siento... -

Sebastián se giró hacia atrás agarrándose fuertemente la nuca con ambas manos, dio un grito de dolor ensordecedor que rompió la quietud de la noche. Pietro se derrumbó sobre los adoquines de piedra y escondió la cabeza entre los brazos sollozando. Petrone apretó la mandíbula, con ambos brazos rígidos en sus costados, manteniéndose tan quieto como una estatua. 

Los tres habían comprendido a la perfección al escuchar la profecía, lo que había ocurrido la noche anterior, antes de que se pronunciase. 

Angelo, por supuesto, había conseguido su cometido. Había escondido las llaves en algún lugar seguro, pero al conseguirlo, se había llevado consigo el secreto de aquellos lugares a su propia tumba.

Transcurrieron unos segundos que parecieron eternos, consumidos por el silencio de aquella solitaria plaza. 

De repente los tres se miraron como si se hubieran llamado los unos a los otros sin emitir ningún tipo de sonido. Con el horror escrito en la cara.

  • Rafaela... - susurró Petrone.
  • ¡No! ¡No llegaremos a tiempo! - dijo Pietro apretando los dientes -. No con nuestros caballos... - 
  • Nosotros quizás no... - continuó Sebastián.
  • Pero yo sí... - Finalizó el vampiro comenzando a correr tan rápido como le dieron sus piernas. En lo que duro un parpadeo, no había ni rastro de él en la plaza.

Los gemelos tras verle desaparecer, ya estaban corriendo de camino hacia sus caballos escondidos tras la catedral, mientras agarraban fuertemente un objeto entre sus manos. 

Ecio que se había quedado totalmente callado observando la escena, les grito desesperado por detrás.

  • ¡¡Debéis acompañarme a Roma!! ¡¡Es el cometido de la Orden!! -
  • ¡¡Roma puede esperar!! - le contestó chillando Pietro sin volverse mientras corría hacia la penumbra.
  • ¡¡Nuestra madre está en peligro!! - exclamó girándose Sebastián sus ojos encendidos como antorchas.


Hubo un momento donde la plaza se ilumino incandescentemente y después ya no pudo ver a ninguno de los muchachos, consumidos ahora por la oscuridad